lunes, 19 de marzo de 2012

Joan

Tengo miedo a que este amor no perdure. A que no tenga la constancia que yo siempre imaginé que tendría. Si bien, yo te quiero y se que quiero lo mejor para los dos en un futuro (cercano por supuesto) tampoco sé si realmente me das vuelta la cabeza. Hay días en los que me doy cuenta que sos una persona tan pero tan diferente a mí que inclusive me sorprende el haberme fijado en vos. No suelo o solía llevarme bien con personas como vos. De algún modo me endulzaste tanto que me terminaste envolviendo en un algodón de azucar gigante del que no puedo escapar. La pregunta sería ¿Quiero escapar? ¿No podría tan solo amoldarme y acurrucarme dentro de el?
Es que tengo miedo de ser devorada por tus labios, y convertirme en solo una pequeña parte de vos...

Pero... ¿y yo donde estoy?

2 comentarios:

  1. a mi me parece que eso nos pasa a todos. y también que hasta cuando uno siente todo lo contrario (que hace todo mal y el otro las cosas muy bien al parecer) es que se hacen mostrar así, porque digamos las cosas como son, nadie hace todo bien; estamos un poquito rayados.

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  2. ah y el miedo, sentimiento absolutamente implacable en una relación.

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